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Archivo de versos, VIP Пабло Неруда. Одинокая роза. VII. Остров : El mundo habla español
Pablo Neruda. La rosa separada VII. La isla
Cuando prolíficaron los colosos y erguidos caminaron hasta poblar la isla de narices de piedra y, activos, destinaron descendencia: hijos del viento y de la lava, nietos del aire y la ceniza, recorrieron con grandes pies la isla: nunca trabajó tanto la brisa con sus manos, el ciclón con su crimen, la persistencia de la Oceanía.
Grandes cabezas puras, altas de cuello, graves de mirada, gigantescas mandíbulas erguidas en el orgullo de su soledad, presencias, presencias arrogantes, preocupadas.
Oh graves dignidades solitarias quién se atrevió, se atreve a preguntar, a interrogar a las estatuas interrogadoras?
Son la interrogación diseminada que sobrepasa la angostura exacta, la pequeña cintura de la isla y se dirige al grande mar, al fondo del hombre y de su ausencia.
Algunos cuerpos no alcanzaron a erguirse: sus brazos se quedaron sin forma aún, sellados en el cráter, durmientes, acostados aún en la rosa calcárea, sin levantar los ojos hacia el mar y las grandes criaturas de sueño horizontal son las larvas de piedra del misterio: aquí las dejó el viento cuando huyó de la tierra: cuando dejó de procrear hijos de lava.
Пабло Неруда. Одинокая роза. VII. Остров
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