El misterio del Mundo
Русский Español English 
  Inicio   Busqueda  Galería   Show   Versos en la voz   Canciones   Contacto     Ruso
   ¡Buenos días!
  Registración
  Inisiar sesión
   ¿Quiénes
   somos? 
   Catálogo
  Por autor
  Cronología
   Países
  Argentina
  Bolivia
  Brasil
  Venezuela
  Guatemala
  Honduras
  Rep.Dominicana
  España
  Colombia
  Costa-Rica
  Cuba
  México
  Nicaragua
  Panamá
  Paraguay
  Perú
  Puerto-Rico
  Salvador
  Uruguay
  Chile
  Ecuador
  Otro
   Sobre   los autores
  Poetas
  Traductores
  Pintores
  Compositores
  Intérpretes




 

   Версия параллельные тексты и транскрипция

Archivo de versos, VIP Пабло Неруда. Одинокая роза. III. Остров : El mundo habla español



Pablo Neruda. La rosa separada. La isla



Antigua Rapa Nui, llama sin voz,
perdónanos a nosotros los parlanchines del inundo:
hemos venido de todas partes a escupir en tu lava,
llegamos llenos de conflictos, de divergencias, de sangre,
de llanto y digestiones, de guerras y duraznos,
en pequeñas hileras de inamistad, de sonrisas
hipócritas, reunidos por los dados del cielo
sobre la mesa de tu silencio.

Una vez más llegamos a mancillarte.

Saludo primero al cráter, a Ranu Raraku, a sus párpados
de légamo, a sus viejos labios verdes:
es ancho, y altos muros lo circulan, lo encierran,
pero el agua allá abajo, mezquina, sucia, negra,
vive, se comunica con la muerte
como una iguana inmóvil, soñolienta, escondida.

Yo, aprendiz de volcanes, conocí,
infante aún, las lenguas de Aconcagua,
el vómito encendido del volcán Tronador,
en la noche espantosa vi caer
la luz del Villarrica fulminando las vacas,
torrencial, abrasando plantas y campamentos,
crepitar derribando peñascos en la hoguera.

Pero si aquí me hubiera dejado mi infancia,
en este volcán muerto hace mil años,
en este Ranu Raraku, ombligo de la muerte,
habría aullado de terror y habría obedecido:
habría deslizado mi vida al silencio,
hubiera caído al miedo verde, a la boca del cráter desdentado,
transformándome en légamo, en lenguas de la iguana.

Silencio depositado en la cuenca, terror
de la boca lunaria, hay un minuto, una hora
pesada como si el tiempo detenido
se fuera a convertir en piedra inmensa:
es un momento, pronto
también disuelve el tiempo su nueva estatua imposible
y queda el día inmóvil, como un encarcelado
dentro del cráter, dentro de la cárcel del cráter,
adentro de los ojos de la iguana del cráter.

Пабло Неруда. Одинокая роза. III. Остров
 






Sólo para miembros VIP!...


Entrada a la zona VIP


Registración