Empapando de armonías
el silencio de mi cuarto,
se columpia en la ventana
una jaula de canarios.
Luminosos como estrellas
y amarillos como rayos,
de un alambre al otro alambre
van y vienen dando saltos.
Son cual notas musicales
encerradas por milagro
en el fino pentagrama
de la jaula de hilos blancos.
Un trinar de mandolinas
se derrama en el espacio
cuando vierten sus canciones
temblorosas en el patio.
Y al mirarlos tan alegres
y tan limpios y tan claros...
¡Este pecho se me vuelve
una jaula de canarios!
Pintura : Syuzeva Natalia. La conservadora del canario
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