Soy más fuerte que mis brazos y más débil que mi llanto; más triste que mis suspiros, más alegre que mi canto. Soy la que tú no conoces: la que vive sepultada tras los labios y la piel, tras la frente y la mirada. Soy aquella que no has visto; soy la que alienta escondida entre los impenetrables muros de su propia vida. Pero detrás de mí misma, desde mi silencio a voces, soy la que he querido ser: soy la que tú no conoces.