Como un águila, Dios también de vez en cuando necesita descansar de Sí Mismo y replegar Sus alas y dejar de volar por un instante. Nosotros somos árboles plantados por Sus manos, apenas una mancha en el paisaje de lo Eterno: lugares para que Dios repose.
Vikram Babu pregunta: ¿qué crueles leñadores os talaron?