Mi tristeza es como un rosal florido. Si helado cierzo o ráfaga ardorosa lo sacuden, el pétalo caído se trueca en savia y se convierte en rosa… Mi tristeza es como un rosal florido. En mi dulce penumbra sin ruido, la propia vida con mi llanto riego, y las horas dolientes que he vivido impregnan de perfumes mi sosiego… Mi tristeza es como un rosal florido. Tú que colgaste en mi dolor tu nido, sabes que a cada mal brota una yema y revienta un botón a cada olvido. ¡Perenne floración y eterno emblema!… Mi tristeza es como un rosal florido.