Tras el dolor, el cambio, ese signo celeste de la gloria traza el sendero más firme el más difícil. la ruta de los astros para siempre, camino de sangre y soledad. Sólo la redención puede lavarnos del veneno en el espejo estéril soledad amortajada. Tras el dolor, la paz esa cosecha de esfuerzos absolutos plena de sueños semillas de esperanza.