Si la poesía es agua clara, dulce caricia a los sentidos quimera y ronda sueño azul de rima y ritmo, entonces ya no soy poesía. Pero si es lengua y sangre, y grito, y pozo, y llamarada. Si es aquelarre de palabras que liberan del hechizo, entonces más que nunca soy poeta. Aunque mis versos no me reconozcan.