Recuerdo con placer la noche aquella.
Quiso ir al baile mi gentil amada,
y al ceder yo, que no le niego nada,
sus galas más hermosas se puso ella.
Nunca en verdad, me pareció más bella.
Con su elegante túnica escotada
un ser ideal me parecía... una hada
venida al mundo desde alguna estrella...
Ebrio de luz, como una mariposa,
besé sus hombros -de impalpable armiño-
y ella se echó en mis brazos temblorosa...
-"¿Y el baile?" -pregúntele con cariño-
y ella me dijo con su voz de diosa:
-Iré otra vez... Desátame el corpiño..."
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Artur Braginskiy.
mir-es.com
7 11 2010
Comentarios : El mundo habla español
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