Pasa el gato sonando las botellas
de un anaquel de pino por lo alto:
el cielo raso tiene dos estrellas
pintadas, y una luna azul cobalto.
¡Taberna aquella de contrabandeos
con los guisotes bajo sucios tules,
eran alií pictóricos trofeos:
azafrán, pimentón, fuentes azules!
Entra el viento. Revuela la cortina
y la vista del mar da a la taberna.
Una negra silueta que bolina
sobre el ocaso, enciende su lucerna.
Con la tristeza de la tarde muerde
una lima el acero. De la fragua
brotan las chispas. Tiene una luz verde
ante la puerta, la cortina de agua.
Escruta el mar con la mirada quieta
un marinero desde el muelle. Brilla
con el traje de aguas su silueta
entre la boina gris, toda amarilla.
Viento y lluvia del mar. La luna flota
tras el nublado. Apenas se presiente,
lejana, la goleta que derrota
cortando el arco de la luz poniente.
Se ilumina el cuartel. Vagas siluetas
cruzan tras las ventanas enrejadas,
y en el gris de la tarde las cornetas
dan su voz como rojas llamaradas.
Su pentágrama el arco policromo
proyecta tras los pliegues del chubasco,
y alza en el vano de esmeril su domo
arrecido de cuervos, un peñasco.
Las olas rompen con crestón de espuma
bajo el muelle. Los barcos cabecean,
y agigantados en el caos de bruma
sus jarcias y sus cruces fantasean.
La triste sinfonía de las cosas
tiene en la tarde un grito futurista:
de una nueva emoción y nuevas glosas
estéticas se anuncia la conquista.
Su escaparate la taberna alumbra,
y del alto anaquel lo acecha el gato:
esmeraldas de luz en la penumbra
los ojos, y la cola un garabato.
Vahos de mosto del zaguán terreño,
voces de marineros a la puerta,
y entre rondas de vino que dan sueño,
el tabaco, los naipes, la reyerta...
De un quinqué de latón la luz bisunta
el tubo ahumado con un grito raja,
y está en la puerta el hombre que pregunta:
- ¿Quien quiere sacar filo a la navaja?
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26 12 2016
Comentarios : El mundo habla español
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