La medianoche justa
en llegando el Bienvenido
los que se durmieron hombres
se van despertando pinos.
Los gigantes son nonada,
los fuertes son temblorcillo,
y la Tierra sube y sube
por los brazos de los pinos…
Los bultos de gladiadores,
de almirantes y caudillos
serían escamoteados
que esta noche manda un Niño…
Pesaban lo animales,
las montañas y los ríos;
pero ahora pesa el mundo
lo que la aguja del pino.
El aire no huele a fruto
a flor, ni a viento marino.
Huele a renuevo de un día,
al Dios-Chiquito, al Dios-Niño.
De ramos verdea el mundo
porque está bajando un Pino,
¡rompe el aire, da en la Tierra
y posa el pie a lo divino!
Panin Serguey. El bosque navideño
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05 01 2013
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