Mayra Oyuela. Escribiéndole una casa al barco


Esta casa vuela.

Su altura conjura un papalote

que se distorsiona a la distancia.

Esta casa es un mar

y un barco también,

donde crispados, salimos

a contemplar

los delfines mas blancos de la locura.



Esta casa tiene un color, un nombre,

su capitán Morgan lanza de sus anzuelos

Aurelianos peces,

espectros que devoramos

en lo profundo de los desvelos.



Esta casa barco se desliza

por las olas de una Tegucigalpa oscura,

mientras humanos veleros,

navegan lento

dentro de botellas.

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