Y a pesar de todo, compañera Luna,
usted sigue acompañando la nostalgia
desandando el camino de los enamorados
sorprendiendo a los niños - enorme lámpara gratuita -
Usted sigue en el centro del poema
aunque no sea moderno mencionarla
sino rodeada de aparatos científicos.
No haga caso a esas hipocresías.
Mejor confíe en los cosmonautas
que todavía la quieren a pesar de haber visto de cerca sus arrugas.
No se deje provocar siga allá arriba
resplandeciente bella.
Usted, señora Luna,
seguirá siempre un previlegio.
Ira Kurochenko. Luna
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04 01 2011
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