Voz que de lejos canta
tal las voces del sueño,
agua de los cencerros
bajando la montaña.
Otra vez como entonces
retornas, corazón,
a tu distante amor
de caminos y alcores.
Ya no será la sombra
de los sauces tan fina,
ni el olor de las lilas
te andará por la boca.
Ya no veremos juntos
la vuelta de la tarde,
ni iremos a buscarte,
colmena entre los juncos.
El pichel de agua mansa
que bebías ansiosa
se secará en la sombra
morosa y solitaria.
Ah, mírate en el no
que se lleva tu imagen;
así se van las tardes
libres de ti, al olvido.
Inclinado, en el gesto
del que sacia la sed,
¿alguna vez veré
tu cara entre mis dedos?
Mijaíl y Inessa Garmash.
Share:
mir-es.com
01 07 2012
En this moment no comments!
Please note that all fields followed by an asterisk * must be filled in.