"¿A quién me quejaré del cruel engaño,
árboles mudos, en mi triste duelo?
¡Sordo mar, tierra extraña, nuevo cielo!
¡Fingido amor, costoso engaño!
"Huye el pérfido autor de tanto daño,
y quedo sola en peregrino suelo,
do no espero a mis lágrimas consuelo,
que no permite alivio mal tamaño.
"Dioses, si entre vosotros hizo alguno
de un desamor ingrato amarga prueba,
vengadme, os ruego, del traidor Teseo".
Tal se queja Ariadna en importuno
lamento al cielo; y entretanto
lleva el mar su llanto, el viento su deseo.
Evelyn De Morgan. Ariadne in Naxos, 1877.
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20 12 2015
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