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Hérib Campos Cerbera. BALADA PARA LOS ÁRBOLES AUSENTES : El mundo habla español
Hérib Campos Cerbera. BALADA PARA LOS ÁRBOLES AUSENTES
Por el camino de plata - confudido entre penumbras - vinieron ocho asesinos con hachas recién fundidas.
Sobre el filo sin herrumbres pasa el viento de la noche y abraza luego el follaje para decirle, en secreto, que vienen ocho asesinos con hachas recién fundidas.
¡Cómo tiritan las nubes! ¡Oh, Dios mío, cómo lloran las estrellas y los pájaros! ¡Cómo lo noche inocente quiebra su voz de silencios y su música de plata!
Se desnudaron el torso; miraron de abajo a arriba y entre la fiesta del verde, cada cual marcó su crimen.
Alto al cielo subieron los hierros recién fundidos; y al bajar volvían rugiendo por las bocas de sus filos; ni las nubes, ni los pájaros pudieron dejarlos ciegos.
El follaje se estremece como si fuera a morirse; las estrellas tienen frío de ver el hierro desnudo y el agua del alba viene para llorar con la luna.
Huyeron los asesinos con sus hachas como espejos los pájaros ya no tienen donde colgar sus canciones.
El viento se va en sollozos llevando sus hojas muertas, mientras lo noche de plata quiebra su voz de silencios y su música de lunas.
Cuando fue otra vez el día, la presencia de una ausencia lloraba el sol su tristeza de cicatriz desolada.
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