Levantaba, gigante en pensamiento,
soberbios montes de inmortal memoria
para escalar el cielo, en cuya gloria
procuraba descanso mi tormento,
cuando bajaron rayos por el viento,
vestidos de venganza y de vitoria,
y, renovando de Tifeo la historia,
la máquina abrasaron de mi intento.
Y ya Paquino, Lilibeo y Peloro
me oprimen con pesada valentía,
y mi pecho es ardiente Mongibelo.
Perdón, señora, pues mi culpa lloro;
no mostréis más, que son, a costa mía,
vuestros ojos los rayos, vos el cielo.
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Maurice Leloir (French, 1853-1940)
mir-es.com
02 06 2015
Comentarios : El mundo habla español
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