Hérib Campos Cervera nació probablemente el 30 de marzo de 1905. Fueron sus padres Hérib Campos Cervera de la Herrería, periodista fallecido en París en 1922, y Alicia Díaz Pérez, hermana del polígrafo español, radicado en el Paraguay desde 1906, Viriato Díaz Pérez.
La vida y la trayectoria intelectual del autor de CENIZA REDIMIDA, son todavía insuficientemente conocidas. Una infancia desdichada, lejos de sus progenitores, parece haber marcado hondamente toda su vida, y en su poesía tal vez se encuentre las huellas de esta primera etapa de su existencia. Su adolescencia y juventud no habrían sido más afortunadas. En la época en que publica sus primeros poemas en la revista Ariel (1923) estudia, como interno, en el Colegio San José, al cual menciona constantemente como "cárcel" en un Diario de ese mismo año. (2) Posteriormente fue alumno del Colegio Nacional.
En 1923 se fundó la revista JUVENTUD -cuyo primer director fue el poeta Heriberto Fernández (1903-1927)-, identificada con toda una generación de poetas y escritores, algunos de ellos malogrados tempranamente. Hérib colaboró en dicha revista y en otras publicaciones de la misma época como IDEAL y ALAS, ésta última dirigida por José Concepción Ortiz (1900-1972), que fue también el último director de JUVENTUD, en 1926.
Durante la década del 20 al 30 la poesía de Campos Cervera, dispersa en revistas y diarios, se mantiene dentro del ámbito estético de esa generación, que fue, en líneas generales, el del postmodernismo, período mal conocido y poco valorado en lo que respecta a la poesía paraguaya. (3)
En 1931 Hérib sufrió su primer destierro a causa de su participación en los sucesos del 23 de octubre. Vivió durante algún tiempo en Buenos Aires, donde trabó relación con figuras destacadas de la intelectualidad porteña, como Francisco Romero, Luis Juan Guerrero (quien lo puso en contacto con la filosofía de Heidegger), Amado Alonso (filólogo español que por entonces dirigía el célebre Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires), Raimundo Lida y otros. Noticias sobre esta etapa de su vida se encuentra en las cartas que escribió a sus amigos José Concepción Ortiz y Vicente Lamas. Después pasó a residir en Montevideo, donde coincidió con otros exiliados paraguayos como Anselmo Jover Peralta (1895-1970) y Natalicio González (1897-1966), que posteriormente tendrían destacada actuación en regímenes políticos muy diferentes. (5) Por entonces ya Campos Cervera se hallaba definido como un "hombre de izquierdas", pero es difícil, por ahora, delinear su proceso ideológico.
Es posible que en los primeros tiempos haya sido influido por las reivindicaciones sociales del anarquismo, todavía importante en la década del 20 como ideología sindicalista, y por el socialismo marxista en los años de exilio en la Argentina y el Uruguay. Cuando pudo regresar al Paraguay hacia fines de 1935, siguió militando políticamente desde posiciones de izquierda, y según testimonio de Sinforiano Buzó Gómez, se adhirió en 1936 al movimiento revolucionario del 17 de febreros
En Montevideo extravía, o se lo secuestran, una novela terminada, HOMBRES EN LA SELVA, y el ROMANCERO DEL DESTIERRO, del que se habría salvado de la destrucción únicamente su poema "23 DE OCTUBRE". Pero pese a las penurias del exilio, Campos Cervera tiene oportunidad de profundizar sus conocimientos literários y filosóficos y, sobre todo, de abrir su sensibilidad poética a las nuevas corrientes literarias que están renovando la poesía y la prosa en Europa y América. García Lorca, que estuvo en el Río de la Plata en 1933, y a quien parece haber conocido en Montevideo, lo impresiona profundamente. Le dedicará, en CENIZA REDIMIDA, un poema, "FEDERICO", y algunas de las composiciones de este libro dejarán ver la huella estilística del Romancero gitano.
Se comprende, entonces, que con este bagaje cultural, con sus nuevas ideas sobre la literatura y su propia praxis poética, Hérib se convierta -junto con Josefina Plá, que regresa de España en 1938- en el centro de un movimiento que tiene como protagonistas, entre otros, a Augusto Roa Bastos, Oscar Ferreiro, Ezequiel González Alsina, Hugo Rodríguez Alcalá, los cuales pasarán a ser conocidos en la historiografía literaria paraguaya como integrantes del "grupo del 40". El cenáculo "VY'Á RAITY" es el lugar de encuentro de aquellos jóvenes escritores --a quienes se unirá un poco más tarde Elvio Romero- y sus producciones van apareciendo en revistas como la del Ateneo Paraguayo, Noticias, y el suplemento literario del diario El País.
Entretanto, el poder político ha caído en manos del General Morínigo, que instaura un régimen autoritario simpatizante del nazi-fascismo, entre 1940 y 1948. En 1947 estalla una rebelión de los sectores políticos democráticos, apoyados por una fracción del ejército, que acaba en el fracaso. Para Campos Cervera será motivo de un exilio que durará hasta su muerte en Buenos Aires, seis años después.
En el último período de su vida, signado por el destierro definitivo, el autor de CENIZA REDIMIDA prosigue su actividad literaria sin desvincularse de la patria. (7) Se afirma su voz poética y reúne los materiales que considera rescatables para su primer libro de poemas, que publica la Editorial Tupa, dirigida por Jover Peralta, en 1950.
Posteriormente escribe algunos poemas, recogidos en un breve volumen póstumo titulado HOMBRE SECRETO (8), un relato, "EL BUSCADOR DE FE", una novela corta, EL OJO ENTERRADO, que se ignora si llegó a concluir y que se ha extraviado, una pieza teatral, JUAN HACHERO, no estrenada y aún inédita, y, en fin, prepara una historia de las ideas en el Paraguay, probablemente también inconclusa.
Esta vida de gran intensidad existencial e intelectual se apagó el 28 de agosto de 1953. Su muerte privó al Paraguay de una de sus grandes voces poéticas y de una personalidad fundamental en el desarrollo de la cultura moderna del país.
Humberto Pérez Cáceres, que fue su amigo y compañero en la Redacción del diario Democracia, de Buenos Aires, ha transmitido sus últimas palabras para el pueblo a cuya causa se había entregado desde su juventud hasta sus últimos días.
"Que nuestros artistas, nuestros escritores, nuestros luchadores de la causa de la libertad -le dice un día antes de su muerte-, jamás olviden que toda su batalla debe tener por brújula lo nacional. Nada podrá ser construido con sentido de perennidad si se olvidan las profundas raíces nacionales. El arte, la política, el quehacer cultural, deben beber los zumos mejores de la nacionalidad. El proceso tiene este itinerario de lo nacional a lo universal, no a la inversa. Que no haya arte inútil, que no haya belleza divorciada del pueblo. El pueblo, su servicio, su redención, su felicidad, su justicia, deben constituir los motivos de todo trabajo. Lo nacional, Humberto, nuestro país, nuestros hombres, nuestros campesinos y obreros, nuestras mujeres. Es a ellos, a su elevación, que los artistas deben dedicar todos sus esfuerzos". (9)
CENIZA REDIMIDA
La primera edición de Ceniza Redimida apareció entre fines de junio y principios de julio de 1950. En una carta a Oscar Ferreiro, fechada en Buenos Aires el 27 de junio de ese año, su autor le dice que apareció el mismo día que nacía su tercer hijo, Hérib III (10), o sea el 20 de junio. Sin embargo, el colofón del libro dice que se terminó de imprimir el 5 de julio. Poco menos de un mes después, en una nueva carta a Oscar Ferreiro y su esposa, Hérib les dice que el editor aún no le ha entregado ejemplares de su libro. Flecho curioso, según noticias que da el propio Hérib a Oscar Ferreiro en la carta del 27 de junio, el libro había tenido un gran éxito de crítica en La Prensa del 21 de mayo y en La Nación del 11 de junio, es decir, antes de las fechas de aparición dadas por el autor y el editor respectivamente.
Como quiera que fuese, en agosto o setiembre de 1950 el libro debió llegar a Asunción, causando un impacto considerable en el ambiente literario paraguayo. Aunque buena parte de los poemas contenidos en el libro eran ya conocidos por haberse publicado antes en revistas y diarios de Asunción y de Buenos Aires, su reunión en un volumen constituyó un acontecimiento capital en la historia de la poesía paraguaya moderna, y la influencia estética del autor se hizo aún más notoria en la formación del gusto poético de esos años.
CENIZA REDIMIDA contiene poemas de un lapso de cerca de veinte años. En la copia de los originales preparada para la imprenta, consta bajo el título, entre paréntesis, las fechas 11932-1949), que en el libro impreso no aparecen. Cabe conjeturar que muchos de esos textos fueron reelaborados en el transcurso de los años, hasta llegar a la forma definitiva del libro, en el que raramente se hallará altibajos estilísticos. En realidad, mientras no se lleve a cabo una investigación minuciosa sobre la génesis de los poemas de Campos Cervera, será difícil enfocar críticamente el proceso de formación del estilo de este autor.
En líneas generales, puede apreciarse, sin embargo, que su poesía posterior a 1935 -año en que regresa al país tras su primer exilio- asume paulatinamente algunos de los rasgos característicos de la poesía moderna, en particular los de poetas españoles e hispanoamericanos como García Lorca, Rafael Alberti, César Vallejo, Pablo Neruda y Nicolás Guillén. No obstante, es innegable que una nota peculiar asoma tempranamente en la escritura poética de lo que podríamos llamar su segundo período. Ella procede, posiblemente, de una reflexión crítica sobre la forma postmodernista de su primera fase a la luz de las nuevas tendencias literarias, así como a la forma interior de su lenguaje determinada por su particular experiencia del mundo -que, por lo demás, encuentra su correlato teórico en dos manifestaciones diferentes, pero no definitivamente inconciliables, como el materialismo histórico y la filosofía existencial.
Por otra parte, debe tenerse en cuenta que la poesía castellana moderna, en la época en que se afirma la expresión poética de Campos Cervera (esto es, a fines de la década del 30 y principios de la del 40) entra en un período de asentamiento y moderación de los recursos expresivos, pasado el momento de ruptura con la tradición que caracterizó a los diversos vanguardismos europeos y americanos desde vísperas de la primera guerra mundial hasta fines de la década del 20. En los años 40, especialmente, puede constatarse la recuperación de ciertos rasgos tradicionales, particularmente en las formas métricas, sin por ello renegarse de las conquistas expresivas de la modernidad. La generación española del 36, la argentina del 40 y la brasileña del 45, son ejemplos de esta tendencia de la poesía moderna. En este ámbito poético se comprende quizá mejor las características métricas de algunos poemas de Campos Cervera, en que el verso alejandrino se plasma con hondas resonancias, o el octosílabo y el hexasílabo convocan la gracia antigua y a la vez moderna del verso castellano de arte menor. Incluso en los poemas de versos libres se halla presente un sentido del ritmo que se afirma plenamente en sintagmas poéticos de notable rigor formal y fuerte carga significativa. No se puede olvidar tampoco, en lo que respecta a los valores formales de la poesía de Campos Cervera, el tejido fonético de extraordinaria eficacia expresiva que se encuentra en la mayor parte de sus textos.
Una sumaria observación del plano del contenido de los poemas de CENIZA REDIMIDA nos permite indicar algunas áreas semánticas privilegiadas. En primer lugar mencionaremos la dimensión agónica, existencial, de un buen número de poemas, en que la visión del mundo plasmada se halla fuertemente ligada a la experiencia vital del poeta en un contexto de situación claramente problemático. Otro grupo de poemas se constituye alrededor de temas objetivos en que sin embargo se siente la fuerte palpitación afectiva del autor, que casi nunca incurre en la fría comunicación referencial. Y por último, señalaremos aquellos poemas en que los motivos sociales y políticos configuran una poesía raigalmente comprometida con los valores populares, la causa de la liberación social y la denuncia de los factores opresivos que impiden la emergencia del "hombre nuevo"...
Acaso un poema como "Un puñado de tierra", el primero de Ceniza redimida pero probablemente uno de los últimos que escribió, pueda ser considerado una síntesis de los universos significativos más entrañables de su poesía. Allí están expresados, en efecto, el hombre agonista y el desterrado solidario con el pueblo largamente encadenado de la patria, el paisaje desolado de una tierra ensangrentada y los laberintos incandescentes de un espíritu en perpetua vigilia e incompatible con la injusticia y el despotismo.
MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZMIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
mir-es.com
10 01 2013