Enrique Banchs. Romance de cautivo


Mujer, la adorada
que está en el solar,
tus mejillas suaves
ya no veré más.

Hijos, los que quise,
mi mejor laurel:
mis hijos dormidos
nunca más veré.

Estrella de tarde
que encendida vi
sobre mi molino,
se apagó por fin.

Buenos compañeros
los que en el mesón
conmigo bebieron,
todo pereció.

Me cogieron moros
en el mar azul;
lloro en morería
la mi juventud.

- Me dirás, cristiano,
trovas de solaz;
me dirás, amigo,
por tu pro será.

- Trovas de mi tierra
yo te las diré,
princesa de moras
que me quieres bien.

"Hada, con tus brazos
quiéras me ceñir:
mis otros quereres
finarán allí."

- Te daré mis brazos,
mi cuerpo y su flor;
entra en el alcázar
de mi corazón.

(¡Ay. la tierra linda
donde está la cruz,
no he de ver ya nunca
tu horizonte azull)

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