Galel Cárdenas. Entraña antigua de los mayas eternos y silenciosos


Digo que eres música y eres marimba
Eres madera que sueña
Eres nota musical que recorre
La sabia del árbol
Que vuela en el oído
Con su ritmo cadencioso
Y eres frescura de la melodía interminable.

Digo, sin avergonzarme,
Que eres paso de danza del quetzal
Que canta soledoso a veces.

Y repito que eres madera de la armonía
Y eres pájaro que implora
Sobre los árboles tú nombre
Que silba en las mañanas y en las tardes
Donde el prodigio de la música
Se desliza suavemente hasta llegar
Al punto de la entraña antigua
De los mayas eternos y silenciosos.

Y naces allí entre el pedazo del árbol
Que canta, del árbol que llora,
Allí estás mi pequeña patria,
Quetzal perenne en tu nombre
Virginal siempre: país, nación y tierra.

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