Como una rueda visible
del cielo, la luna roja
va acarreando la noche
sobre la campiña sola.
— Aquí y alla, en las colinas,
los perros, ya entre las sombras,
se vuelven, un punto, y ladran
a su enorme luz redonda. —
Lo que trae el carro es sueño
de no se que mano prodiga,
de cuyo dueño tan solo
se ven estrellas remotas.