Julian del Casal. Invernal



Ya del Sol los fulgores luminosos
Ocultos yacen entre nieblas frias;
Y son los dias breves y lluviosos
Y son las noches largas y sombrias.

Con su corriente embravecida, el rio
De espantoso rumor el aire puebla,
Llenando la ancha atmosfera de frio,
Y el cielo gris de impenetrable niebla.

Bandadas de ruidosas golondrinas
Ligeras huyen en sesgado vuelo,
O escondense medrosas en las ruinas
Viendo la lluvia descender al suelo.

Ya no guia la luz de las estrellas
Al viajero perdido en la montana,
Como de abril y mayo en noches bellas,
Del pastor a la misera cabana.

Ya no entona en los bosques el canoro
Ruisenor sus armonicos cantares,
Ni ostentan los naranjos pomas de oro
Entre ramos de blancos azahares.

Ya las aureas abejas laboriosas
Dejaron solitarias las colmenas;
¡Y han muerto ya las purpurinas rosas!
¡Y han muerto ya las blancas azucenas!

Hasta el fondo sombrio de mi estancia
Siento llegar, entre humedos vapores,
De alguna flor que aun vive la fragancia,
De alguna luz que aun brilla los fulgores.

¡Oh, hermosa Primavera! ¿Por que escondes
Tu encanto virginal a mis sentidos?
¿Donde estas que te llamo y no respondes,
No respondes jamas a mis gemidos?

Yo tambien en los campos de mi vida
Siento el invierno lobrego y sombrio,
¡Mi alma es una floresta destruida!
¡Yo tambien en mi alma tengo frio!

La alegre juventud, aquella diosa
Que a mi paso sus flores arrojaba,
Huyo de mi ¡cuando era mas hermosa!
!Cuando yo mas que nunca la adoraba!

Yo dije al verla huir: ¿Por que te alejas,
¡Oh juventud!, cuando te quiero tanto?
Y ella no oyo mis penetrantes quejas,
Ni su mano enjugo mi acerbo llanto.

Solo en mi mente oscura y tenebrosa
Su indeleble recuerdo me ha quedado,
Como queda en el valle alguna rosa
Despues de haber el huracan pasado.

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